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Entrevista del 5 de Marzo de 2012 en contraportada de El Periódico con la periodista Olga Merino

Gente corriente
Marina Palop
Modelo artística. Ha hecho oficio de mostrar su
desnudez. Posa para alumnos de Bellas Artes.

Por Olga Merino
Es dueña de una belleza sensual que no se ajusta al canon clásico. Pero, sobre todo, Marina Palop (Madrid,1976) derrocha naturalidad. Trabaja también en el Reial Cercle Artístic, el de Sant Lluc y en la Escola Massana.
–¿Desde cuándo se dedica?
–Hace casi tres años. Estaba haciendo teatro y conocí a alguien que trabajaba de modelo como un extra. Probé y me vi en el medio.
–¿Le gusta?
–Sé adaptarme al grupo de personas que estén trabajando, a lo que necesiten. Intento sonreír, proyectar alegría, crear un clima confortable.
–¿Cómo lo consigue?
–Les pregunto siempre qué buscan, si una determinada pose, de pie o sentada. No impongo cómo ha de ser la sesión. Lo máximo que hacemos son seis horas al día.
–¿De un tirón?
–Seguidas, cuatro; más, no. A la semana, entre 12 y 15 horas.
–¿Sin moverse? ¡Qué tortura!
–Nos cuidan mucho. Cuando se hace pose fija, estamos 45 minutos y descansamos 15.
–¿Cuántas posiciones hay?
–Están la pose fija y los apuntes, que son posturas de entre 10 y un minuto. Para mí son las más agradecidas, porque, como hago danza contemporánea, puedo expresar muchas formas. Y luego, el movimiento, como haciendo una frase de danza.
–¿Recuerda la primera vez?
–Fue en la Massana, y yo no sabía de qué iba. No aguantaba la pose. Llega un momento en que los nervios se te agarrotan y te mareas. ¡Casi odié a los pobres estudiantes!
–Se aprende, supongo.
–Al principio quería darlo todo y mantenía los hombros y el torso muy estirados; me parecía más estético.
–¿La turba un poco estar desnuda?
–A mí, no. Asumo la naturalidad del cuerpo. La primera vez sí me turbé. Me puse en la cabeza de ellos; pensaba que iban a mirarme como mujer, y no. En seguida cogieron el lápiz
en vertical, con un ojo cerrado, para empezar a tomar medidas, como si tal cosa.
–Al revés, ¿le ha sucedido?, ¿que los alumnos se azorasen?
–Sí con unos chicos muy jóvenes que nunca habían hecho desnudo. La profesora me comentó en un aparte que le habían preguntado: ‘Pero, ¿se queda completamente desnuda, sin una braguita?’ Y ella les contestó: ‘¿Habéis visto una estatua griega con tanga?’
–¿Y qué hizo?
–Traté de distender el ambiente…
Tiene que gustarte lo que haces. 
Me encanta estar rodeada de artistas porque aprendo. Me gusta la gente con ese potencial de sensibilidad.
–¿Se concentra para no moverse?
–A veces medito. Controlo la respiración, fijo la mirada y dejo que el pensamiento se vaya. Trabajo en relación con el cuerpo, pero también con el espíritu. Me interesan el yoga y la meditación. ¡También funciona hacer la lista de la compra!
–¿Se notan diferencias en el aula?
–Por supuesto. Me gusta pasear cuando ya han dibujado y ver qué han hecho, para mejorar yo también.
–¿Se vive de esto?
–Yo sí, porque tengo contrato con la facultad. Pero vivimos un poco a salto de mata. Muchos bailarines y actrices se dedican a esto para ganarse un extra. A mí me da mucha libertad:
no tengo jefes.
–¿Es actriz de profesión?
–Me habría gustado ser bailarina, pero ya es tarde. Debí empezar antes. Tengo cualidades para la expresión corporal.
–¿Tarde?
–Tenía vocación, pero en su momento pasé. Me dediqué a viajar. Recorrí Australia en autoestop con una mochila. Sola. Allí fue donde empecé a tomar contacto con la espiritualidad.
–¿Le preocupa el paso del tiempo?
–Sí, por eso me ocupo ahora y pienso hacia dónde encaminar mis pasos.
–La parte favorita de su cuerpo y la que menos le gusta.
–La que más, el pecho y los hombros. La que menos, las piernas, los gemelos; son fuertes.
–¿Su desnudo preferido?
–Las esculturas Maillol me fascinan. Me habría encantado ser modelo a principios del siglo XX, en el París bohemio de las buhardillas.
–Le habría gustado posar para…
–Gustav Klimt.



Mariona Millà pinta la sensualidad de la desnudez en el programa "els matins de TV3."